David García
En la era digital las conexiones humanas parecen más fáciles que nunca. Con un solo click, podemos comunicarnos con personas al otro lado del mundo. Sin embargo, ¿realmente la tecnología nos ha acercado o nos ha alejado de las personas? En un mundo dominado por redes sociales, videollamadas y mensajes instantáneos, se hace imprescindible analizar cómo estas herramientas han transformado nuestras relaciones interpersonales. Debido a que la tecnología ha facilitado la comunicación, sin embargo, también ha generado problemas como la superficialidad en las interacciones y a disminuida la interacción cara a cara lo que ha afectado en las relaciones humanas.
Aunque la tecnología ha mejorado la comunicación a distancia, también ha contribuido a la separación de las interacciones sociales, debilitando los vínculos emocionales y afectando la calidad de las relaciones interpersonales. La tecnología mantuvo la simplicidad de la interacción humana, pero la cantidad a menudo reemplaza la calidad; debido a la incapacidad de comunicarse sin un filtro y el requisito de inmediatez, las personas recurren a lo que está disponible.
Desde siempre, el hombre ha tenido la necesidad de comunicarse con los demás, de expresar pensamientos, ideas, emociones, de investigar, saber, obtener información creada, expresada y transmitida por otros. La creación, búsqueda y obtención de información son acciones esenciales y propias a la naturaleza humana, siendo la cultura el fenómeno macro por excelencia de la socialización del conocimiento.
La comunicación actual entre dos personas es el resultado de múltiples métodos de expresión desarrollados durante siglos, en los últimos 150 años, y en especial en las dos últimas décadas, la reducción de los tiempos de transmisión de la información a distancia y de acceso a la información se ha convertido en uno de los retos esenciales de nuestra sociedad.
La interactividad se define como la capacidad que tiene el usuario de “preguntar” al sistema, y sentar las bases para recuperar la información de la forma deseada. El emisor, no envía un mensaje unidireccional, sin capacidad de respuesta, y el receptor puede tomar decisiones, configurar su propio mensaje, así como dialogar, de una forma u otra con el emisor: interactividad sujeto/objeto.
La tecnología ha generado una dependencia emocional en muchas personas, quienes buscan validación constante a través de «me gusta» y comentarios en redes sociales. Esto no solo afecta la autoestima individual, sino que también altera la dinámica de las relaciones interpersonales, generando ansiedad y comparaciones constantes.
En conclusión, la tecnología ha revolucionado la comunicación, pero también ha traído consigo desafíos significativos para las relaciones interpersonales. Desde la dependencia de recibir me gustas a la poca interacción cara a cara que se tiene desde que la tecnología ha tenido un gran auge en esta época.
Referencias bibliográficas:
Cornejo, M., & Tapia, M. L. (2011). Redes sociales y relaciones interpersonales en internet. Fundamentos en humanidades, 12(24), 219-229.