
Actualmente, muchas personas enfrentan dificultades para encontrar un estilo de ropa que realmente las represente y se ajuste a su personalidad, debido a los estándares de moda impuestos por la sociedad, como por ejemplo, la vestimenta de hombre. La ropa que es diseñada para la anatomía del hombre es demasiado aburrida y minimalista a comparación de nuestros antepasados, puesto que, hoy en día, muchas personas relacionan a que un hombre es afeminado por usar accesorios como vestidos, maquillajes y pelucas, apodándole el nombre de “maricón”, “raro” y “feo”, considerándolo una “Masculinidad frágil”.
Mientras que en la época de la revolución francesa eso representaba Grandeza, Teatralidad, y Masculinidad, usando hasta colores pasteles, que en nuestra actualidad tecnológica, se relaciona mucho al género femenino. Esto sucede por un evento histórico que sucedió a partir del siglo XVIII, donde los hombres, renunciaron a su masculinidad para poder ser útiles, productivos y serviciales a los trabajos que se requerían en su momento. En esta época, mayormente los hombres de clase alta dejaron los colores brillantes, las formas elaboradas y esponjosas que tenían los conjuntos de ropa y la variedad de accesorios utilizados por su estilo Rococó, que era un arte que se desarrolló en Francia como una moda, inspirado en las cochas de mar y las algas, caracterizado por ser un gran movimiento artístico. Este tipo de estilo en el siglo XVIII se identificaba mucho por la gigantesca abundancia entre los pliegues de ropa o edificaciones artísticas, los grandes detalles extremos y refinados, y se tocaban temas relacionados con la vida cotidiana, el amor, la fantasía y la simetría.
Después de rechazar completamente el estilo rococó por el gran movimiento que había en la masculinidad de los hombres, abandonaron totalmente la idea de que los hombres sean considerados “bellos”, apuntando a su existencia en solo ser útiles. Esto fue el comienzo del cambio de la ropa militar, diseñada con la función de ver a un hombre funcional en los tiempos de las posguerras como la primera y segunda guerra mundial. Y aquí fue el gran cambio de vestimenta formal por parte de los rígidos mandatos de Monopolio en el siglo XX, adaptando al típico traje de gala blanco y negro, un moño o corbata y, en excepciones, un sombrero para acompañar, olvidando de lado lo extravagante.
Causa a esto, empezaron a verse los outfits con escasa imaginación y poco libre expresión, dividiendo a ambos géneros en un completo rol. Por estas razones, se creó una lucha por la libre expresión masculina en los años 60’, cuando el movimiento hippie rompieron los estándares de género, haciendo que los hombres tenga el cabello largo, usen túnicas florales y accesorios con colores llamativos como un acto de rebeldía hacia nuestra sociedad conservadora, incluyendo el movimiento de la visibilidad de la liberación gay.
Asimismo, puedes buscar por tu propia cuenta documentaria indígena u occidental de otras regiones pasadas que la ropa no era un impedimento según tu género. Expresaban en sus conjuntos su cultura y personalidad con un gran orgullo efusivo… En resumen, la ropa que usas hoy en día es el resultado de una construcción social que se gestó mucho antes de tu nacimiento, una influencia histórica que probablemente ni siquiera habías notado.
Por esto, es muy importante dejarse llevar por la creatividad y experimentar con lo que te agrada y te hace sentir cómodo, sin tener que seguir el estándar de moda que nos hicieron creer desde pequeños, y sin la necesidad de encajar en la multitud.